Entrevista al Dr. Alberto Noé ''Asistimos a una sociedad sin ley, donde el mercado se impone al Estado''


Alberto Noé es salteño. Acaba de presentar su libro Utopía y desencanto. Creación e institucionalización de la Carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires. 1955-1966 editado por Miño y Dávila, versión de su Tesis de Doctorado en Sociología en la Universidade de Sao Paulo, Brasil, donde hace una rigurosa revisión histórica de la creación de la carrera de Sociología en la UBA y, a partir de allí, dispara la reflexión hacia las paradojas, conflictos y realidades de esta disciplina, que todavía pugna por un lugar entre las "ciencias".
María Fernanda Abad
El Tribuno
Salta, 2 de Septiembre de 2006
P. ¿Dónde situaría los orígenes de la sociología en la Argentina?
R. En la historia de la sociología en la Argentina pueden reconocerse tres periodos: el primero sería el que está configurado por el pensamiento pre sociológico que corresponde al de los pensadores sociales, que se inició en el movimiento de la independencia en 1810 y finalizó en la última década del siglo XIX. En este periodo se destacan Echeverría, Alberdi y Sarmiento. El segundo periodo se refiere a la sociología de cátedra, cuyo punto de inflexión lo marca la creación de la primera cátedra de sociología en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, de 1898 hasta 1956. Y el tercero está definido por la sociología científica, cuando se crea en 1957 la Carrera de Sociología en la UBA, donde Gino Germani tienen un papel protagónico y trata de diferenciarse de los periodos anteriores, porque considera a la sociología científica como una disciplina dotada de un sistema científico que le permite conocer la realidad social argentina.
P. ¿En qué consistió el proyecto de Gino Germani?
R. La fundación de la Carrera de Sociología en la UBA en 1957 fue una obra colectiva donde convergieron tres actores: el movimiento estudiantil identificado con los postulados de la Reforma Universitaria de Córdoba de 1918; actores individuales como Gino Germani; e institucionales como el rectorado del historiador José Luis Romero, rector de la UBA, designado por el gobierno de la Revolución Libertadora en 1955. El proyecto de Gino Germani consistió en crear una carrera que tuviera salida laboral, por eso su insistencia en la orientación metodológica, en una formación básica donde teoría, metodología e historia social trazaron la configuración de la sociología germaniana.
P. Dice en su libro que ciertas condiciones políticas y académicas "bloquearon" el paradigma germaniano... ¿A qué se refiere?
R. Cuando hablo de condiciones políticas me refiero al golpe militar de Onganía en 1966. Una característica común y que se repite en diversos periodos en la historia argentina: cada vez que hay un golpe militar, las universidades públicas son intervenidas. Esto es lo que defino como la vulnerabilidad institucional de las universidades nacionales. Las condiciones académicas tienen que ver con el periodo comprendido entre 1962 y 1966. Se divide el grupo de apoyo a Germani: el movimiento estudiantil se identifica con la Revolución Cubana, y dentro de los docentes se producen fisuras que tienen como consecuencias la pérdida del liderazgo de Germani y de su alejamiento definitivo del país en 1965.
P. En los años 50 se fundó la Carrera de Sociología en Buenos Aires. A más de cinco décadas, ¿cómo valoraría sus logros y sus deficiencias?
R. En pocos años, la carrera de Sociología había logrado ubicarse en tercer lugar en el mundo en la década del sesenta, con la dirección de Germani, acompañado por grandes figuras como Jorge Graciarena, José Luis Romero, Torcuato Di Tella y Juan Carlos Marín. Había logrado un reconocimiento institucional en el país y en el exterior por sus investigaciones, publicaciones y excelentes docentes. Sus deficiencias actuales son marcadas porque los docentes no tienen dedicación exclusiva y esto supone profesores-taxis, lo cual implica una seria carencia. Además, durante 40 años, Germani estuvo "olvidado" en la sociología argentina. Creo que mi libro propone un serio debate sobre el regreso a Germani.
P. La sociología es una ciencia, pero a diferencia de las disciplinas consideradas puras, siempre parece estar bajo sospecha de no serlo. ¿Cuál es la razón?
R. Depende quiénes consideren esta "definición", ya que la Sociología en la Argentina tuvo un "enemigo" constituido fuera del ámbito académico: los nacionalistas católicos integristas de derecha, quienes consideraban a la sociología como una disciplina influenciada por el marxismo, la masonería y el judaísmo.
No hay que olvidar que el único libro científico sobre la sociedad argentina fue "La estructura social argentina", de Gino Germani, basado en los censos donde se puede "leer" la sociedad argentina.
P. ¿La sociología incomoda porque revela verdades y desenmascara ideologías?
R. La función de la ciencia es precisamente revelar verdades y desenmascarar las ideologías; y la sociología forma parte de esa tradición científica, inaugurada por Germani, continuada por Jorge Graciarena, Torcuato Di Tella, Juan Carlos Marín, Inés izaguirre y Silvia Sigal.
P. Por lo anterior, ¿puede un sociólogo salirse de la "trinchera crítica"?
R. El sociólogo, como observaba Wright Mills, es un intelectual crítico, porque su mirada es desde la sociedad y sus análisis tienen que ver con los problemas complejos de la sociedad contemporánea. Esto puede observarse en los temas de investigación, que nada tienen que ver con el "denuncismo". Todo lo contrario, la crítica va dirigida a problemas como la exclusión social, las nuevas desigualdades sociales, la falta de solidaridad social, la ruptura del lazo social y el surgimiento de la cultura del narcisismo. Estos temas constituyen la nueva agenda de investigaciones y debates necesarios para comprender los cambios en la sociedad argentina.
Si se plantea a la sociología la cuestión de la cientificidad, ¿no es también porque ella se ha desarrollado con cierto retraso con respecto a las otras ciencias?
No creo, si bien es cierto que la sociología es una ciencia "joven" en relación con las "ciencias duras", su desarrollo tiene que ver con los profundos cambios operados a fines del siglo XIX, durante el "breve" siglo XX y en la primera década del siglo XXI, donde somos espectadores y actores de la tercera revolución industrial, la más veloz de la historia de Occidente que aún no ha terminado.
Esto supone una serie de problemas que la sociología tiene que responder: la diferencia entre espacio y tiempo virtual y espacio y tiempo real, las relaciones sociales virtuales y la influencia de la informática y de Internet en este mundo marcado por una globalización embrutecedora.
P. ¿Existe neutralidad u objetividad en el sociólogo? ¿Puede permanecer por encima de las pugnas como observador imparcial?
R. El tema de la neutralidad valorativa recorre todo un siglo de debates sobre esta cuestión. Lo que se trata es de tener una cierta distancia en relación al objeto de estudio o de investigación, lo cual no significa que el sociólogo como intelectual sea neutral a sus problemas contemporáneos.
P. Los productos de consumo de la sociedad global son abrumadores. ¿Cómo entiende la Sociología los procesos que enfrenta el mundo en este comienzo del siglo XXI?
R. El proceso de masificación de la sociedad de consumo tiene que ver con la globalización embrutecedora, donde los objetos tienen más valor social que los propios sujetos. Parece que asistimos al retorno de la barbarie; a una sociedad sin ley donde el mercado trata de imponerse sobre el Estado. En términos sociológicos, vivimos una era de anomia estructural, es decir, una sociedad sin reglas y normas aceptadas por todos.
El prólogo del ibro
"El enfoque metodológico adoptado por Alberto Noé en la presente publicación trasciende con creces lo que podría considerarse como un análisis meramente institucional -centrado en la historia de la Carrera de Sociología- para avanzar resueltamente en la consideración de problemas y escenarios mucho más amplios.
La primera parte del libro examina los cambios producidos a partir de la caída del peronismo en 1955 en la Universidad de Buenos Aires, donde en 1957 fue creada la Carrera de Sociología. En la segunda parte se analiza el proyecto de creación y el proceso de institucionalización de la Carrera de Sociología, el rol desempeñado por la elite universitaria reformista, por el movimiento estudiantil y por la figura de Gino Germani en la gestación de la nueva disciplina. Por último, se hace foco en las condiciones políticas y académicas que "bloquearon" el proyecto germaniano.
El trabajo de Noé es por lo tanto una invitación a "re-conocer" a una figura tan importante del universo cultural argentino, que hoy en día resulta muy poco conocida, como lo es Gino Germani". (Extracto del prólogo de Atilio Borón)